LA TRADUCCIÓN AUTOMÁTICA VS EL TRADUCTOR PROFESIONAL
Pin It

Hoy en día, se han desarrollado distintos tipos de software que permiten superar, hasta cierto punto, las barreras comunicacionales; esto, gracias a los avances de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Un ejemplo muy común de una barrera en dicho contexto es cuando dos personas hablan distintas lenguas o idiomas. Estas limitaciones entre emisor y perceptor son comunes en la actualidad, sobre todo gracias al fenómeno de la globalización que, como su propio nombre lo implica, conecta a una escala global a todos los países del mundo. Esta conexión involucra aspectos socioeconómicos, políticos, tecnológicos y culturales.
Los software de traducción son de uso muy recurrente y, precisamente debido a la alta demanda a escala mundial y en todos los idiomas, es que sus desarrolladores los han mejorado continuamente. Existe un sinnúmero de ellos, desde los más conocidos (como Traductor de Google y Bing) hasta los menos populares (Lingua.LY, World Lens, entre otros). Hay quienes piensan que los traductores automáticos eventualmente sustituirán a los traductores humanos por completo. La pregunta es: ¿será cierto eso? La frase clave para responder esta pregunta es la que brindé al comienzo… “superan hasta cierto punto la barrera de la comunicación”.
Si bien es cierto que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) son muy útiles y pueden sacar de apuros a los traductores humanos, existen cuatro competencias traductoras principales que un software nunca podrá desarrollar:
1. La competencia principal que hace distinción entre un programa y un traductor profesional es que un traductor humano sabe que lo que debe traducir son ideas y no palabras. En cambio, lo que puede ofrecer un software son palabras traducidas literalmente. Cuando se trata de traducciones especializadas, éstas son prácticamente ineficientes. Tenemos, por ejemplo, el campo jurídico: haciendo una prueba en el Traductor de Google este programa tradujo “article” como “artículo” y “section” como “sección”. Dos errores graves que llevan al falso sentido sólo por usar una traducción literal.

Como el ejemplo previo, existen cientos de casos en todos los diferentes textos especializados que existen. Eso sucede porque en un texto especializado ya no se trata meramente de palabras sino de términos y unidades fraseológicas. También se le podría incluir el problema de la polisemia en general ya que, aunque el traductor automático sepa cada una de las posibles traducciones, éste no tendrá el criterio humano para realizar una selección juiciosa considerando el contexto, el uso y la zona geográfica. Es por eso que, incluso para traducciones generales, puede ser ineficiente.

2. A diferencia de un software, un traductor humano tiene la capacidad para dar cohesión y así lograr un sentido de coherencia en el texto. El traductor automático puede brindar el posible significado de una palabra y quizás también muchas oraciones bien hechas en un texto. Sin embargo, ésta puede estar desordenada y no tener la naturalidad necesaria para tener una comprensión. Ello se debe a que las palabras y oraciones son únicamente unidades de significado pequeñas y medianas, respectivamente.

Aquello que usualmente vemos como una traducción son párrafos que deben estar en armonía para que el texto cumpla su propósito de comunicación. En otras palabras, para llegar a una coherencia y cohesión, el traductor tiene la capacidad de emplear técnicas que ayudan a esclarecer al receptor las ideas para así lograr un texto con naturalidad. Existe más de una docena de técnicas para ello, entre ellas la transposición, la modulación, la comprensión, la amplificación y la adaptación, por mencionar las más importantes. Dentro de ellas también se encuentra la traducción literal; sin embargo, ésta es casi una de las menos utilizadas, pues puede causar errores de sentido y un estilo atípico en la lengua meta.

3. Otra de las cosas que no puede hacer un software es recibir un encargo de traducción con instrucciones y recursos específicos. Nosotros, los traductores, recibimos ciertas indicaciones y recursos del cliente. Por ejemplo, el encargo de traducción del español al inglés británico, 50 hojas. O utilizar el glosario brindado por la compañía para la traducción de siglas y elementos logísticos.

4. Finalmente, el software no podrá respetar el formato y las etiquetas, pues éste sólo traduce palabras y un usuario que no es traductor no conocerá todas las variantes británicas, además del estilo. Asimismo, un traductor automático no respetará el glosario de siglas ni la traducción de la logística de la empresa.
En conclusión, a pesar de que un traductor automático puede ser de gran ayuda para ciertas comunicaciones básicas, éste nunca se igualará al conocimiento y habilidades de un traductor.
Además, el profesionista puede utilizar sus conocimientos especializados para seleccionar el término o frase más adecuados, así como emplear su criterio basado en criterios como el contexto, el uso y la zona geográfica para traducir una palabra.
De igual forma, un traductor humano puede imprimir cohesión y coherencia al texto mediante técnicas de traducción para alcanzar una lectura ordenada, comprensible y estilísticamente natural.

2018.10.4 Traducción y globalización 02

Si requiere una oferta detallada o desea consultar los servicios de Wagner Consulting, por favor no dude en contactar a nuestro equipo de ventas, que con mucho gusto lo atenderá.

Departamento de Traducciones de Wagner Consulting
Teléfonos: 
US: (718) 838 9533 (Llamadas en inglés)
US:  (917) 725 3145 (LLamadas en español)
EU: (718) 618 4268
Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.